La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos dias

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos dias.

Creencias :

Dios es nuestro Padre Celestial. Nos ama y desea que regresemos a vivir con Él.

Jesucristo es el Hijo de Dios. Él es nuestro Salvador y nos redime de la muerte debido a la resurrección. Él nos salva del pecado a medida que nos arrepentimos.

Por medio de la expiación de Jesucristo, podemos volver a vivir con Dios si es que guardamos Sus mandamientos.

El Espíritu Santo nos ayuda a reconocer la verdad.

Los primeros principios y ordenanzas del Evangelio son fe en Jesucristo, arrepentimiento, bautismo y la recepción del Espíritu Santo.

La Iglesia de Jesucristo ha sido restaurada a la tierra.

La autoridad del sacerdocio de Dios está presente en Su Iglesia de hoy así como lo estuvo en la Iglesia original.

La Biblia y el Libro de Mormón son la palabra de Dios.

En la actualidad Dios revela Su voluntad a los profetas del mismo modo que lo hizo en la antigüedad.

Nuestra vida tiene un propósito sagrado.

Las familias pueden estar juntas para siempre.

Por medio del servicio a los demás experimentamos gozo y nos acercamos a Dios.

JESUCRISTO

Jesucristo es el Hijo de Dios. Bajo la dirección de Dios el Padre, Jesucristo creó la tierra (Juan 1:10; Hebreos 1:2). Él es el Salvador de toda la humanidad.

Cuando Jesús vivió en la tierra hace algo más de 2000 años, llevó una vida perfecta. Enseñó por medio de la palabra y el ejemplo de cómo el hombre debe vivir y amar a Dios y a su prójimo. Creó una iglesia (Efesios 4:11-14) y dejó un sistema organizado de creencias conocido como el Evangelio de Jesucristo.

Al final de su vida Jesús sufrió en el Huerto de Getsemaní y dio Su vida en la cruz, completando así la expiación. A través de la expiación Él salvó a todos los que le siguen de sus pecados (1 Pedro 2:21). Debido a la expiación, los  pecados de los hombres son perdonados, si se arrepienten sinceramente (Libro de Mormón, Mosíah 26:30).

A través de Su resurrección, Jesucristo nos salvó de la muerte. Porque Él conquistó la muerte, todos los hombres reciben el don de la resurrección (Hechos de los Apóstoles 24:15, 1 Corintios 15:22). Después de esta vida terrenal, Jesucristo será nuestro juez. (Hechos de los Apóstoles 17:31; Juan 5:21, Hechos de los Apóstoles 10:42).